miércoles, 13 de octubre de 2010

PRIMERA SALIDA EN BTT DE LA TEMPORADA

El lunes cogimos puente, ¡e hicimos la primera salida en BTT de la temporada! Debía hacer 3 meses que no cogíamos la bici, pero ya lo dicen, ir en bici es de las cosas que no se olvidan...

Quedamos con nuestro amigo Rafa, mosso d'esquadra, y gran conocedor de Collserola. Se conoce todas las trialeras. Es una máquina, va con una bici rígida, y baja que alucinas. Le pedimos compasión dada nuestra falta de práctica, y la verdad es que se portó muy bien... escogió un recorrido muy poco técnico, perfecto para rodar: 32 kms en 2 horas y 15 minutos, a un ritmo tranquilo.


El plan de entreno nos marcaba no apretar demasiado. Tuvimos que ir con pulsómetro, y no podía pasarme de las 150 pulsaciones. ¡Menudo estrés, a la mínima que me descuidaba ya me había pasado! Me pasé la excursión mirando el Polar en lugar del paisaje! Dice Carlos que es la edad, dada la siguiente regla: a más juventud, más pulsaciones. No he contrastado el dato, ya me gustó la respuesta :p. 


Carlos estrenaba pedales, unos de alta gama que se agenció en el Tomas Domingo de San Gervasio (The Bike House) el sábado.  



Carlos en Tomás Domingo, es mucho peor que una chica en una zapatería... y es que su plan preferido cuando tiene un minuto libre es irse allí, dar la bara a Josep, el responsable, y venirse con cualquier chorrada. Podría pasarse la tarde entera, y mira que me cuesta entenderlo... Si ya tienes una bici, ¿Qué interés puede despertar una tienda llena de bidones, barritas, y maillots de ciclismo (que, dicho sea de paso, están a años luz de poder destacar por su atractivo...) ? 

No lo sé, pero lo cierto es que cada vez que va, se juntan ahí el hambre con las ganas de comer...  Josep, de los mejores vendedores que he visto nunca, y Carlos, presa facilísima, con todas las ganas del mundo de comprar lo que sea. 

Volviendo a la salida en bici con Rafa, fue muy agradable. Como es tradición, iban todo el rato hablando Rafa y Carlos, y yo detrás (básicamente por 2 cosas: primero, porque soy más lenta, y segundo, porque tengo un sentido de la orientación absolutamente nulo). Aún y así, fue un agradable paseo, en el que sólo me perdí una vez (os adelanto, que para mí, es todo un éxito!).

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