El martes me llamó Roberto, para quedar el miércoles y hacerme una "prueba de esfuerzo". Al ser algo nuevo para mí, le pregunté qué debía llevar.
- "Nada especial" - me contestó. "Come bien antes, y sobre todo, ves sin entrenar, has de ir descansada".
Ingenua de mí, no sé si por el propio nombre (prueba "DE ESFUERZO"), o por la respuesta de Roberto ("COME BIEN..." "VEN DESCANSADA..."), fui "acojonada", preparada para cualquier cosa.
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Ya me veía yo "a la Rambo" en la prueba de esfuerzo... (me llevé hasta el machete) |
Pero contra todo pronóstico, ni sudé. 5 minutillos en la bici estática, y para la ducha.
Y al analizar los resultados, cualquier parecido a la media era pura anécdota. O estaba muy por debajo, ... O muy por encima...
Y de nuevo sorpresa: las conclusiones fueron muy positivas...
O me he vuelto loca, o esto es el mundo al revés: "las pruebas de esfuerzo no cuestan esfuerzo", "una análisis sin un dato en la media son resultados positivos"...
Visto lo visto me voy a resignar, asumir mi ignorancia, y dejar las deducciones para Sherlock Holmes y Agatha Christie.
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